Si bien las calorías se reducen cuando se consume pan integral frente al preparado con harina de trigo refinada, no se trata de un alimento recomendado y mucho menos indispensable para la dieta.
En regímenes para perder peso, uno de los primeros alimentos que se evaporan de la alimentación es el pan, o en su defecto, es reemplazado por su versión integral, conduciendo a una pregunta clave, ¿es realmente buena la decisión?
Aun tratándose de versiones integrales, el consumo de pan supone una carga energética a cambio de pocos nutrientes y vitaminas, lo que conlleva a valorar si merece la pena su inclusión en la dieta.
Cada rebanada de pan integral equivale a unas 92 kcal, 2 gr de grasa y 17 gr de hidratos, haciendo que lo que en teoría se anuncia como un alimento sano, le confiera a ingesta diaria alrededor de 200 kcal solo con consumir un par de tajadas.
¿Qué tan conveniente es el consumo de pan integral?
El pan integral no deja de ser un carbohidrato, y el problema con esta clase de alimentos radica en que consumido en cantidades incorrectas promueve la ganancia de peso.
Si bien la presentación integral siempre aportará mayores beneficios en comparación al pan blanco, el riesgo sigue siendo el mismo; la razón de ello radica en la carga calórica que reúne.
Para entenderlo mejor, se ofrecen las calorías y gramos de grasa e hidratos que revisten las dos opciones:
- Pan blanco: 67 calorías, 1 gramo de grasa y 13 de hidratos.
- Pan integral: 92 calorías, 2 gramos de grasa y 17 de hidratos.
Si a ello se le suma el hecho de ser alimentos bajos en nutrientes y vitaminas, surge la duda sobre lo conveniente de añadir al balance diario cerca de 200Kcal y 30gr de carbohidratos por comer 2 tajadas de pan integral.
Beneficios del pan integral
Al prepararse con harinas sin refinar, el pan integral le gana la batalla al pan blanco en lo que respecta a cantidad de fibra, vitaminas, minerales y fitoquímicos, ya que el cereal mantiene el salvado y el resto de componentes que brindan beneficios a la salud.
Asimismo, tiene un efecto saciante y contribuye a la optimización del tránsito intestinal mientras disminuye la absorción de glucosa, aspectos que favorecen la pérdida de peso.
El pan integral no es tan sano
Por más saludables que sean los granos integrales a partir de los que se prepara el pan, el proceso de pulverización que requiere la elaboración del alimento disminuye considerablemente los beneficios del grano entero.
Para los que, aun conociendo esta realidad desean seguir consumiendo pan, la invitación es primero a verificar que la harina empleada sea 100% integral, eligiendo de preferencia, panes elaborados a base de centeno o avena.