Nada más delicioso para una mañana de invierno, que tomarte un café bien caliente y comer galletas, antes de ir a trabajar.
O pasar una tarde primaveral, conversando con tu grupo de amigos, con una taza humeante de rico té, acompañado de galletitas.
También en las noches, cuando todos están durmiendo, nos llama desde la cocina un paquete de galletas que tenemos guardado para la merienda de los niños.
Ese rico manjar, en forma de pequeño disco, estrella, animalito o cualquier forma que se le antoje a quien la cocina, es una tentación para quienes estamos siempre a dieta.
Pero su sabor tan agradable, no nos aparta de la preocupación por conocer si realmente las galletas engordan.
Tal preocupación viene porque la mayoría de las veces, las galletas, son elaboradas con azúcar, mantequilla, harina, huevos y otros ingredientes adicionales, que para enriquecer su sabor.
Las galletas son universales y de ellas, existe una gran variedad, que pueden ser dulces o salada, con aditamentos que van desde el orégano o ciertas especies, hasta el chocolate, nueces o miel y aunque por lo general pueden ser horneadas, también se puede cambiar el proceso de cocción, al colocarlas en una plancha directamente al fuego para asarlas.
Es decir que los tipos de diferentes tipos de galletas, están determinados, tanto por sus ingredientes, como por la manera en que se cocinan, lo cual depende del lugar de origen de las mismas.
Los ingredientes comunes para la mayoría de las galletas básicas, son azúcar, sal, mantequilla, harina de trigo, huevos y agua, todos estos a la vez, o una combinación de ellos, lo cual queda a discreción del cocinero.
Es por esta variada combinación de elementos y formas de cocción, que podemos encontrar galletas con distintos sabores, texturas, colores, tamaños y precios.
Es así como encontramos galletas, dulces, saladas o dulce-saladas, suaves, crocantes, rellenas, sencillas y por supuesto, no pueden faltar las denominadas galletas light, que se elaboran a partir de ingredientes bajos en grasas y con harinas integrales, por cierto, las preferidas por quienes vigilan su peso y estética corporal.
Para saber si comer una galleta determinada engorda, basta con revisar el empaque y leer el aporte nutricional, la cantidad de grasa, azúcar y el tipo de harina con que fue elaborada, además, por ley, todos los envoltorios de alimentos, deben tener información en cuanto a la cantidad de calorías aporta el producto.
Esto en el caso de las galletas industrializadas, pero mención aparte merecen las galletas hechas en casa, pues al ser tu mimo quien las preparas, podrás escoger cuidadosamente los ingredientes e incluso hacer tu propia receta.
Una manera muy fácil de reducir las calorías de tus galletas y por ende, el peligro de engordar tras su consumo, es sustituyendo la harina de trigo, por harina de avena o de almendras, incluso por harina integral.
Por otra parte, puedes agregar tres partes de edulcorante, por una parte de azúcar moreno, para evitar la ingesta indiscriminada de las calorías provenientes del azúcar.
También puedes usar margarina light y huevos orgánicos, miel de abejas, chocolate oscuro sin azúcar y colorantes vegetales.
Como puedes ver, el consumo moderado y con responsabilidad de cualquier alimento, entre ellos las galletas no te va a engordar, más aún si son elaboradas con elementos de bajo contenido calórico.
Entonces, el consejo que debes seguir es, no excederte con las galletas y preferir aquellas bajas en calorías y ricas en fibra, a fin de mantener tu peso a raya y tu salud muy bien cuidada.