Los helados siempre serán el aperitivo preferido de grandes y chicos, por su variabilidad de sabores, presentación y lo refrescante que resultan.
Deliciosos, pero, ¿saludables?
Conocer el aporte calórico de los helados va de la mano, de su ingrediente principal, por lo que, los helados frutales aportan menos contenido de calorías en comparación a los helados cremosos.
En este sentido, los helados de crema, donde su ingrediente base es la leche, tienen un contenido de calorías por cada 100 gramos de aproximadamente 150 calorías. Esta cantidad va a variar según otros ingredientes asociados, por ejemplo: chocolate, nueces.
Los helados cremosos, tiene un aporte extra de grasa, minerales, proteínas e hidratos de carbono, por lo que se considera un alimento saludable y representa una alternativa de consumo lácteo para quienes no les gusta la leche.
A esta refrescante delicia, se le han agregado diferentes sabores frutales, aportando mayor valor nutritivo, esto se debe al sinergismo que hace la proteína de la leche con la carga de vitaminas de las frutas.
Una bola de helado de aproximadamente 100 gramos, representa un 15% del total de calorías que debe consumir diariamente un adulto, lo que se traduce en que es una opción de tentempié comparable con las barras energéticas.
Disfrutar de un helado se ha convertido en un momento de encuentro, reunión con afectos, conversaciones de amigos, incluso para compartir momentos especiales, desde celebrar un logro o un cumpleaños.
Los helados cremosos incluidos en regímenes dietéticos especiales
La diferencia será establecida por el tipo de leche utilizada para la preparación del mismo, puesto que, la leche descremada, es decir, sin grasa y el uso de edulcorantes como sustituto de azúcar brindan mayor control dietético y permiten a quienes no pueden consumir el producto original, disfruten de esta variante.
Durante años se ha satanizado el consumo de helados cremosos, asociándose a enfermedades y descontrol de peso, pero haciendo un consumo inteligente se puede aprovechar su aporte calórico y nutritivo a favor del organismo.
De igual forma hay otros sustitutos de la leche de vaca, para quienes son alérgicos a la proteína, como la leche de coco y la leche de almendras.