Calorías vacías es una expresión utilizada en nutrición para designar la energía presente en productos, especialmente los muy calóricos, que aportan únicamente o básicamente energía (calorías) pero sólo una cantidad nula o despreciable de nutrientes necesarios (vitaminas, minerales, etc. ). Algunos casos típicos de alimentos con calorías vacías son los aperitivos y las golosinas industriales, las hamburguesas de los locales de comida rápida y el alcohol.
Una pequeña cantidad en la dieta de alimentos con calorías vacías, en una persona sana, no es perjudicial, si no aporta elementos tóxicos o perjudiciales para la salud. El concepto comenzó a recibir importancia con las dietas actuales de algunas personas del primer mundo que se caracterizan por constar prácticamente sólo de estos productos. El resultado es que, a pesar de ingerir grandes cantidades de alimentos y tener unas elevadas reservas de energía (incluso, a menudo, sufrir obesidad), estas personas tienen carencias nutricionales y pueden tener enfermedades típicas de la malnutrición (que hasta hace poco asociaba a la alimentación insuficiente), como puede ser el escorbuto.
Se asocia en especial las calorías vacías con ciertos productos industriales muy elaborados y compuestos principalmente por una elevadísima cantidad de grasa o hidratos de carbono o ambos. Además, los productos no dulces suelen tener un exceso de sal, y la mayoría contienen cantidades elevadas de conservantes, colorantes y otros aditivos. Para aumentar los beneficios económicos y bajar los costes, la carne, el pescado, el azúcar, el aceite de oliva, los vegetales, etc. se sustituto, en la medida técnicamente posible, por otras materias primas más económicas, que suelen ser grasas animales o vegetales de baja calidad, azúcares de baja calidad y aromatizantes. El resultado es un producto que, a pesar de ser económicamente interesante, no lo es nutricionalmente, ya que su aportación está vacía.
