El consumo excesivo de refrescos o gaseosas está relacionado directamente con el sobrepeso, como lo confirman numerosos estudios, por la gran cantidad de azúcar y jarabe de fructosa que contiene este líquido. Consumir una lata de refresco por día, podría aumentar de manera considerable los niveles de glucosa e insulina en la sangre, lo que se traduce en desbalances alimenticios que pueden llevar a provocar enfermedades como la diabetes.
Pero determinar si engordar se relaciona directamente con el consumo de gaseosa, dependerá del metabolismo de cada persona, de su estilo de vida en general, pues la alimentación y el ejercicio físico son factores clave que condicionan el peso.
Una persona con una buena condición física, con un peso no superior a 70 kilogramos, y que realice ejercicio físico regularmente, podría consumir dos o tres latas de refresco a la semana, y esto no significará un aumento de peso, pero si una persona sedentaria consume la misma cantidad de latas de refresco a la semana, si se estará traduciendo en un aumento considerable en su peso.
La gaseosa es una de las bebidas que mayor se asocia al sobrepeso, una lata de refresco aporta 155 calorías, además el organismo asimila esta bebida como calorías vacías.
Contenido de la gaseosa
Absolutamente todos los refrescos contienen varios tipos de edulcorantes y grandes cantidad de azúcar, así como saborizantes, muchos están hechos con agua carbonatada, y todos sus ingredientes se traducen en calorías vacías cuya cantidad se puede chequear en la tabla de calorías que traen los refrescos en su etiqueta, o por la parte trasera de la lata. Es importante leer esta información si se desea controlar la cantidad de calorías, y otros ingredientes artificiales que se están consumiendo, aunque no todas las marcas son sinceras con la muestra de sus ingredientes.
De las grandes cantidades de calorías reflejadas en la tabla de información nutricional de una gaseosa, son muy pocas las que el cuerpo pueda aprovechar de manera positiva, pues la mayoría de sus ingredientes son industrializados, como las en forma de vitaminas: piridoxina, tiamina, riboflavina, aminoácidos, y algunos minerales presentes en pocas cantidades como el yodo y el magnesio.
Lo ideal es tener en cuenta, que la mejor opción de ingerir bebidas, es tomarlas en forma de te naturales e infusiones, y si los gustos apuntan a consumir bebidas frías, pueden prepararse refrescos en casa, con cereales como la vena en hojuelas (se mezcla en la batidora con agua, hielo, y un toque de vainilla), y cócteles con frutas como la naranja, la piña y la fresa. Puede racionarse las cantidades de azúcar, y así asegurarnos que estamos cuidando nuestro peso.
Dos opciones naturales para sustituir el azúcar pueden ser la miel natural (líquida), así como la stevia en hoja natural o en polvo. Otra opción es ingerir agua saborizada, y agua con gas, ya que contienen menos cantidades de azúcar e ingredientes químicos. De esta manera sustituirás las temibles y deliciosas gaseosas por bebidas más sanas que contribuirán a mantener tu peso.
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